Gonzalo Adolfo de Jesús Arango Arias, más conocido como Gonzalo Arango, nació el 18 de Enero de 1931, en Andes, Antioquia. Hijo de Magdalena Arias Vélez y Francisco Arango Toro, quien laboraba como telégrafo, y que a pesar de su situación económica se las arregló para enviar a su hijo, Gonzalo, a estudiar en el Liceo de la Universidad de Antioquia, en la ciudad de Medellín, a la edad de 17 años; con el fin de culminar sus estudios bachilleres y comenzar a estudiar derecho. Durante sus años en el liceo el pensamiento de este joven que defendía las ideologías conservadoras y conformista infundidas por tradición en su natal Andes, se ven transformadas debido no solo a la percepción del mundo que le trajo la educación, sino también por la situación que atraviesa el país con el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán y las situaciones dadas en torno a este acontecimiento.
Al cabo de tres años estudiando derecho, Gonzalo decide retirarse y comienza a dictar clases de literatura, laborar como bibliotecario y colaborador del Suplemento Literario del diario El Colombiano. En 1953 se une al Movimiento de Acción Nacional (MAN), grupo político fundado y encabezado por el entonces presidente de la república, el general Gustavo Rojas Pinilla; formó parte de dicho movimiento hasta el año 1957 cuando, luego de ser nombrado miembro de la Asamblea Nacional Constituyente en calidad de suplente (y en la cual recaería la decisión de la reelección del entonces presidente).
Después de la caída de Rojas Pinilla , Gonzalo Arango tuvo que abandonar Medellín, en vista de que los frente nacionalistas exigían su cabeza; exiliándose en Cali, donde se dedicó, entonces, a erigir basado en sus ideas y opiniones radicalizadas, transformadas y criticas lo que se conoce como: el nadaísmo. Allí (en Cali) redacta, en 1958, su primer “Manifiesto Nadaísta” que posteriormente, el mismo año, es editado y publicado en Medellín. Este manifiesto y claro está, lo promulgado por el nuevo movimiento, se orientaba a la revolución, la crítica de la tradición y los cimientos de una sociedad nueva. A raíz del nacimiento de dicho movimiento se generaron diversas manifestaciones con discursos escritos en papel higiénico, quemas simbólicas para incendiar la literatura colombiana, sacrilegio con hostias en la Basílica de Medellín, acompañados de diversos escándalos que llevaron a los nadaístas al primer plano de la escena nacional. El promotor principal de estas acciones, fue siempre el mismo Gonzalo Arango, que a través de un combate infatigable, redactando cartas, publicando libros, dictando conferencias por todo el país e incluso fomentando los pensamientos nadaístas desde los medios de comunicación.
Por otro lado, los nadaístas encontraron en la tertulia, el café y la camaradería, la oportunidad propicia para el desarrollo del movimiento, de donde nacen características como lo son la concepción de la muerte, el tinte suicida, la contrariedad de la costumbre, la cultura y la religión, y la crítica constante a la sociedad burguesa. En 1963, a consecuencia de una declaración de Gonzalo Arango, en la que acusaba al nadaísmo de desesperación nihilista y derrotismo, sus compañeros lo quemaron simbólicamente en el puente Ortiz de la ciudad de Cali.
Cuando en 1968 elogió al presidente Carlos Lleras Restrepo como poeta de la acción, volvieron a hacerlo. Durante todo este tiempo, Gonzalo Arango se iría desencantando de su errática actividad política, volcándose hacia una espiritualidad que le retornara lo que había perdido de niño: el contacto con la naturaleza y la fe en Dios.
El 25 de Septiembre de 1976, Gonzalo Arango muere por causa de un accidente automovilístico en Tocancipá, Cundinamarca. Sus poemas, además de su leyenda, lo han hecho popular entre los jóvenes, y reconocido como uno de los poetas y literatos más destacados en la historia de la literatura colombiana.